La inversión en start-ups es una empresa llena de excitación y promesas de grandes ganancias, como también de potencial inmenso para la desilusión. Negocios nacientes, llenos de energía y ambición, con ideas brillantes y disruptivas. A primera vista, parece una aventura fascinante. Pero detente ahí. Antes de ser llevado por el encanto del emprendimiento, hay una cuestión crucial que uno debe tener en cuenta: la estrategia de salida.
En su forma más básica, una estrategia de salida es la planificación de un inversor sobre cómo obtener un retorno de su inversión en una empresa. Proporciona una hoja de ruta que nos lleva desde el punto A (la inversión inicial) hasta el punto B (la obtención del retorno de la inversión). No debemos ver la estrategia de salida como un plan de escape, sino como un componente integral del plan de inversión.
La ausencia de una estrategia de salida demuestra la falta de realismo e incluso podría verse como una irresponsabilidad por parte del inversor. Para decirlo con claridad, uno puede tener la mejor idea del mundo, el equipo más dinámico y el producto más innovador, pero si no tiene una estrategia de salida claramente delineada, el interés de potenciales inversores difícilmente será atraído. Y no es simplemente cuestión de atraer inversores, sino también de asegurar que esos recursos sean invertidos eficientemente.
Entre las estrategias de salida más comunes nos encontramos con las adquisiciones, las fusiones, la venta a otro inversor o la Oferta Pública Inicial (OPI). Cada una tiene sus ventajas y desventajas, y la elección de una u otra dependerá del tipo de start-up y del panorama económico y de mercado en el momento de la salida.
A medida que el ecosistema de start-ups se expande y madura, la importancia de tener una estrategia de salida sólida y bien pensada se hace más evidente. No es suficiente ser simplementepioneroscon una gran idea, debemos ser tambiénestrategasprevisores. Como inversores, nuestro éxito en la inversión en start-ups no solo depende de la empresa en la que invertimos, sino también de cómo y cuándo salimos de esa inversión.